Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Se les conoce comúnmente como «bacterias buenas» ya que forman parte de la microbiota intestinal y ayudan a mantener su equilibrio.

Los probióticos se pueden encontrar en dos fuentes principales:

• Alimentos fermentados: El yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi, el miso, la kombucha y la tempeh son algunos ejemplos de alimentos ricos en probióticos.
• Suplementos: Los probióticos también están disponibles en forma de suplementos, que pueden contener una o varias cepas de bacterias diferentes.

Si estás considerando consumir probióticos, es importante tener en cuenta lo siguiente:

• Consulta con un profesional de la salud: Un médico o nutricionista puede ayudarte a elegir el probiótico adecuado para tus necesidades específicas.
• Elige un producto de alta calidad: Busca productos que contengan cepas probióticas bien estudiadas y que provengan de fuentes confiables.
• Sigue las instrucciones del fabricante: Es importante tomar la dosis recomendada y almacenarlo correctamente para que los probióticos conserven su viabilidad.
• Sé paciente: Los probióticos pueden tardar algunas semanas en producir un efecto notable.